Hablamos de los anticonceptivos sin tabúes

El próximo domingo 26 septiembre a las 20:00 hrs, realizaremos un Live en Instagram revelador. Conversaremos con Andreína Guerrero de @HaciaLaRaíz sobre su historia personal tras haber dejado los anticonceptivos hormonales y de su experiencia como educadora certificada del método Sintotérmico.
Además no quise que se escapara detalle de todo lo que ella tiene para compartir, y es por eso que decidí entrevistarla previamente para conocer más detalles y que así puedas preparar tus preguntas para nuestro encuentro.
¡Hola Andreína! Quisiera comenzar hablando de esta declaración que me impactó ... “los anticonceptivos usan una técnica eficaz para prevenir el embarazo : eliminan nuestro deseo sexual”
Nuestras hormonas se relacionan con todo nuestro cuerpo. Es un sistema interconectado y hoy en día sabemos que nuestras hormonas no solamente tienen que ver con nuestros procesos fisiológicos u orgánicos, sino que también con procesos cognitivos, como la construcción de nuestra personalidad, respuesta al estrés, la relación con nuestros lazos afectivos e incluso con la elección de pareja.
¡Nosotros y nosotras somos nuestras hormonas!
Entonces, ese es el debate principal de este momento, donde incluso desde la psicología evolutiva nos estamos cuestionando las consecuencias o efectos adversos que tienen sobre nuestro sistema endocrino.
¿Qué gatilló tu decisión de dejar el anticonceptivo hormonal y qué recuerdas de los primeros meses?
Fue justamente darme cuenta que llevaba un buen tiempo haciendo cambios en mi estilo de vida, en mis decisiones de consumo, tratando de reducir mi huella ambiental, y de pronto me vi usando un fármaco que tiene efectos secundarios sobre el cuerpo y sobre el medio ambiente, así que me pareció una contradicción grandísima.
Siendo que además, yo era una mujer sana sin ninguna enfermedad que justificara el uso continuado de este fármaco, ahí es cuando tomo la determinación de dejar la anticoncepción hormonal.
Los efectos no se pueden notar de forma tan inmediata. Lo que se dice y lo que vemos en las personas que dejan los anticonceptivos es que hay un proceso de reajuste hormonal de por lo menos 6 a 18 meses y en ese tiempo pueden pasar muchas cosas.
En mi caso particular pasé por una depresión gatillada por lo que hoy se conoce como Síndrome Post- anticonceptivos.
Además ya se sabe que la depresión no es solamente una consecuencia del uso de anticonceptivos, sino que también se puede generar al momento de dejarlos.
Cuéntame Andreína, en qué consiste el método sintotérmico ¿Es idóneo para todas las mujeres?
El método sintotérmico es un sistema científico de registro del ciclo menstrual.
El ciclo tiene fases específicas determinadas por fluctuaciones hormonales y esas fluctuaciones se pueden rastrear a través de signos de nuestro cuerpo de forma autogestionada y sencilla, siempre con la instrucción correcta.
Algunos de estos signos son la temperatura basal corporal, que cambia a un rango superior después de la ovulación.
Otro de los biomarcadores es el flujo cervical, también comprobar la altura, apertura o posición del cérvix a través de un tacto autogestionado.
Luego de anotarlos en una hoja de registro e implementar reglas específicas de interpretación yo puedo determinar cuando son mis días de fertilidad y también mis días de infertilidad, ya que somos fértiles entre 5 a 7 días por ciclo aproximadamente.
Por supuesto que no es idóneo para todas las mujeres, depende mucho de la elección de la persona, es decir, si está dispuesta hacer este proceso de autoconocimiento profundo, comprometerse con el registro del ciclo diario y hacer cambios de hábitos.
Esto puede ser más desafiante por ejemplo en el posparto, la lactancia, la perimenopausia y en personas que tienen síndrome de ovarios poliquísticos. En esos casos particularmente si se pueda aplicar, pero si o si, es necesaria la instrucción de una educadora certificada en este método.
Eres comunicadora audiovisual y eso te permitió años atrás, trabajar en proyectos sociales con comunidades indígenas en Colombia ¿Qué aprendiste de esa experiencia, de su cultura y la forma en la que viven en armonía con la naturaleza?
Justamente la conexión con la naturaleza y el entenderla como un ser vivo e incluso sujeto de derechos.
Esa es una de las enseñanzas más importantes, de mantener esa conexión, de cómo seres inertes como por ejemplo las rocas, son seres vivos e incluso seres de poder, lo mismo con los animales y todo el reino vegetal.
También trabajé en Chile con mujeres migrantes y afrodescendientes colombianas, en un proyecto sobre las trayectorias de violencia. Y digamos que lo que más me marcó , fue justamente descubrir cómo el cuerpo de estas mujeres subalternizadas y racializadas, encarnaba muchas formas de violencia. Pues estaban huyendo de la guerra en Colombia, y en su recorrido a Chile también se encontraron con más violencia .
Fue algo que me confrontó y que luego, de cierta forma, reconocía en mi propio cuerpo a través de la vivencia de violencia ginecológica y otras múltiples violencias.
Vivir sin anticonceptivos sin duda es ir contra el sistema. Según tu experiencia , ¿De qué forma han influido los fármacos anticonceptivos al desarrollo de la mujer en la sociedad?
Vivir sin anticonceptivos hoy en día, si va contra el sistema, más bien el sistema liberal y contra la cultura occidental más predominante. Incluso también es disonante dentro del mismo feminismo, porque allí hay que reconocer algo súper importante, y es que los anticonceptivos hormonales y la pastilla en particular, jugó un papel clave a nivel histórico al acelerar la inserción laboral y participación de la mujer en el espacio público a partir de los años 60.
Porque recordemos que en esa época las mujeres estaban totalmente recluidas en el espacio privado con familias grandes y con dificultad de administrar su fertilidad y de prevenir el embarazo de forma efectiva.
Ahora, lo que sí hay que pensar, es cuál es el rol en la mujer y en las personas con ovarios de hoy, pues estamos en una crisis ecológica generalizada donde nos estamos cuestionando nuestros modos de vid , el extractivismo, el modelo económico etc.
Entonces en ese sentido hay que abrir la pregunta de si seguir medicalizando a mujeres sanas, y seguir asumiendo que la fertilidad es una enfermedad que solamente se puede curar con fármacos de uso diario y a largo plazo que tienen consecuencias adversas sobre nuestro cuerpo y el medio ambiente.
Y es allí de donde viene toda la relevancia de los movimientos ecologistas y del eco feminismo, y es que justamente estamos viendo que cada vez hay más mujeres y más personas con ovarios que quieren recobrar su ciclo natural, que quieren tener una vida sana, conectar con su útero, con su fertilidad y que quieren darle una significación diferente a su cuerpo para volver a conectar con su naturaleza.
¿Cómo influyen los anticonceptivos en los síntomas y diagnósticos de depresión?
Existe el estudio epidemiológico más extenso que se ha hecho hasta el momento, donde se evaluó a más de 1 millón de mujeres durante 13 años consecutivos de consumo de anticonceptivos, y ahí se pudo ver que las personas expuestas a la anticoncepción hormonal combinada tienen 23% más de probabilidad de ser recetadas con antidepresivos y este riesgo se dispara a un 80% en las adolescentes.
Las personas bajo el efecto de progestina son 34% más proclives a ser diagnosticadas con depresión, en el caso de las adolescentes es más grave, tienen tres veces más riesgo de suicidio y ese riesgo incrementa a un 30% después de siete años de consumo.
Además de las afectaciones en la salud neurológica, se generan problemas intestinales, alteraciones en la microBiota, deficiencias nutricionales que también colaboran a la desvitalización, entonces creo que es importante generar conciencia e información sobre esta relación y particularmente en el caso de las adolescentes.
¿Además del método sintotérmico , que otros métodos de prevención nos recomiendas utilizar si queremos prevenir el embarazo?
Todos los métodos de barrera, preservativo externo o interno, diafragmas, capuchones cervicales, que además previenen contra cualquier infección por transmisión sexual.
Hay varias opciones de anticoncepción no farmacológica como el método de Creighton, monitores de fertilidad como Daysy, Natural Cycles y Lady Comp.
Creo que tenemos mucho miedo a nuestra fertilidad, nos han enseñado a tener un miedo gigante a tener un embarazo no planeado, y por supuesto, pero desde ahí se derivó la idea de que la fertilidad es algo malo, cuando la fertilidad es una expresión de salud.
El que una persona sea fértil significa que su salud reproductiva y general es óptima, así que ¡todos deberíamos desear ser fértiles!
Otro mito que podría estar bueno destacar es que nosotros somos fértiles entre cinco a siete días por ciclo, no somos fértiles todos los días, entonces es importante conocer esa información y tomar la decisión de si vale la pena suprimir por completo un sistema y el ciclo menstrual, por esos cinco a siete días de fertilidad.
Si, lo conocía a través de una amiga. Me encanta el concepto de la marca, me encanta por supuesto la cosmética natural, soy fan de que sean productos sin tóxicos.
Creo que particularmente el drama que vivimos a nivel de ciclo menstrual, de fertilidad y salud general se debe a todos los tóxicos, químicos y disruptores endocrinos que hay en muchos de los productos de cosmética tradicional.
Eso nos hace darnos cuenta que la cosmética natural es clave para tener una vida sana, y lo otro que me encanta es que sean productos sin género, ese concepto me parece super interesante porque estamos trabajando justamente por incluir distintas realidades y salirnos del molde de lo masculino y femenino en el que hemos vivido por inercia durante muchos años.
Si, a principios de diciembre de hecho vamos a lanzar distintos planes de aprendizaje del método sintotérmico, pueden dejarme sus datos para contactarlas cuando se abran las puertas.
También tenemos un taller bien completo que se llama “Dejando los Anticonceptivos, un Reencuentro Contigo”, es un programa pregrabado, completamente autodidacta y una buena puerta de entrada al método sintotérmico.